Como era de esperar, dado el contexto geopolítico en que nos encontrábamos, con el problema nuclear iraní a debate, y la inmensa gravedad de las declaraciones en cuestión, la noticia alcanzó una enorme repercusión política y mediática en todo el mundo, suscitando reacciones de rechazo por parte de la gran mayoría de las democracias occidentales. De hecho, el Primer Ministro canadiense Irwin Cotler llegó a interpretar estas palabras como "incitación al genocidio" y la Cámara de Representantes de Estados Unidos intentó que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas cambiara al presidente Ahmadinejad por violar la Convención para la prevención y la represión del crímen de genocidio por estas mismas palabras.
Sin embargo, con el tiempo han ido apareciendo varias fuentes e instituciones que cuestionan la traducción e interpretación de las palabras del presidente iraní y culpan a la fuente, la agencia iraní IRIB News, de fallos en la traducción.
Entre ellas se encuentran Juan Cole, un profesor de Historia moderna de Oriente Medio y del sudeste asiático de la Universidad de Michigan, cuya traducción de las palabras de Ahmadinejad del persa es idéntica a la de Arash Norouzi, fundador del The Mossadegh Project, quien ha escrito un extenso artículo al respecto.
De acuerdo con estas fuentes, la frase real no fue "Israel must be wipped off the map" (Israel debe ser borrado del mapa) sino "The Imam said this regime occupying Jerusalem must vanish from the page of time" (el imam [Jomeini] dijo que este régimen que ocupa Jerusalén debe desaparecer de las páginas del tiempo). Además se produjo en un contexto en el que estaba enumerando regímenes que habían desaparecido en los últimos 30 años, entre ellos el del Sha de Irán,
Experts confirm that the Iran's president did not call for Israel to be "wiped off the map". Reports that he did serves to strenghten western hawks.
A la luz de las fuentes creo que es evidente que las declaraciones estaban malinterpretadas, lo cual no exime a Ahmadinejad de ser un déspota y un tirano, o que no odia al estado de Israel.
Pero el hecho de ser un tirano y un antisemita radical no nos dá derecho a los occidentales a engañar y a manipular para tratar de presentarlo como tal. Con el tema del trato a los homosexuales o de la negación del holocausto, por ejemplo, bastaba.
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